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La fragua de lo frágil

Queridos todos, este año el inicio de Adviento se hace acompañar por el comienzo de diciembre, último mes en el calendario gregoriano de 2024. Así que iniciamos finales, nos preparamos para cambios y encuentros, celebramos lo que continúa.
En este otoño muchos de nosotros nos hemos enfrentado con la fragilidad no sólo de la vida humana, también del bienestar que suponemos garantizado por este sistema donde convivencia y red comunitarias han sido sustituidas por aparatos gubernamentales, empresas que negocian con nuestras necesidades básicas y fantasmas kafkianos.
Muchas son las divinidades que se asocian con la forja, el fuego y la creación a partir del dolor, la destrucción y la muerte: Kagutsuchi, Ptah, Agni, Hefesto, Brigit, Belisama, Prometeo… Quizás sea uno de nuestros mayores desafíos pendientes, convocar nuestra capacidad de transmutación y apelar al poder del amor y la creatividad para transformar tanta devastación y dotar de sentido nuestra humanidad, en su fragilidad y en su grandeza.
En el puente de la Inmaculada, festividad aparentemente católica y que nos regala el reencuentro con la Diosa, aceptaremos este reto de contactar, explorar y celebrar nuestra naturaleza alquímica y alumbrar síntesis de sentido ante polaridades que se nos podrían antojar irresolubles. En la integración de los opuestos destaca vida-muerte y destino, así como cuerpo-espíritu y alma. En convivencia con el entorno y el grupo, en continuidad con el proyecto «Cartografía de lo Sutil», nos recrearemos con las grandes triadas de la esencia y la existencia. Así que del 5 al 8 de diciembre, en Piedralaves, una nueva oportunidad para seguir tejiendo dentro y fuera, arriba y abajo, y sobre todo adentro.
En enero y febrero continuarán los grupos de supervisión y el ciclo formativo de «Recursos sistémico-existenciales para acompañar en lo cotidiano y lo trascendente». Por su parte, hay posibilidad de nuevas incorporaciones a los «Cuidados del alma» y/o «Las lunas de Eva», pues dará comienzo nueva temporada de lunes lunáticos y lunes lunero en Violeta Blanca.
Me despido por el momento con el deseo de que:
Iluminemos la esperanza con la primera vela de Adviento
Alumbremos la paz con la segunda vela de Adviento
Encendamos la alegria con la tercera vela de Adviento
Avivemos el amor con la cuarta vela de Adviento
Y encendamos una quinta vela para celebrar la ocasión de compartir esperanza, paz, alegría y amor con nosotros, los cercanos y el mundo.
Abrazo y abrazos,
María Colodrón, diciembre de 2024.